martes, 13 de enero de 2009

Mi confrontación con la docencia

En mi trayectoria profesional, el bachillerato lo estudié en el CBTís 088 en la carrera de Técnico en contabilidad, en el año de 1988. Estaba motivado por continuar con la carrera para ser contador público y llevar el control administrativo de un negocio o empresa. En el año de 1991, abren la carrera de Lic. en Informática en el Instituto Tecnológico de Tapachula, por lo que decidí, impulsado por mis 4 amigos del bachillerato a estudiar esa carrera. No tenía claro a que me iba a dedicar con esa profesión, solo sabía lo que me comentaba mi familia y amigos que era la carrera del futuro. Aprobé el examen de ingreso y en el mes de agosto de 1991 inicié una nueva aventura distinta a la que había pensado tres años antes.
Como la carrera era nueva en la región, tuve la oportunidad de participar a partir del 4º. semestre como instructor de cursos los días sábados a los alumnos de semestres anteriores como repaso o retroalimentación de temas enfocados a las materias en curso. Fue mi primera experiencia como instructor. Experiencia que me sirvió para iniciar en la docencia usando las estrategias de enseñanza que mis maestros aplicaron y que, según mi punto de vista si funcionaron. En el transcurso del 6º. semestre, viviendo una situación económica crítica, me incorpore a trabajar en una escuela particular impartiendo clases de computación; al mismo tiempo, me incorporé a prestar el servicio social en el CBTIS 088, donde tuve como funciones dar asesorías a los jóvenes alumnos sobre la especialidad de técnico en computación, oportunidad que aproveche para ver si realmente mi vocación era la de estar frente a un grupo de alumnos impartiendo clases.
Los resultados fueron gratificantes, ya que esos dos años fueron esenciales para poder incorporarme al CBTA 60 de Ciudad Hidalgo, Chiapas, en el año de 1996, pasando el examen de oposición, cumpliendo con los requisitos de contar con titulo profesional, ya que éste lo obtuve de manera automática por promedio. A partir de marzo del 1996 y hasta la fecha trabajo en el CBTA 60, trabajando con responsabilidad y compromiso con la institución y con mi país.
El ser maestro, aunque no me preparé para ello, me llena de alegría y lo hago con el único afán de poder contribuir con mis conocimientos a la comunidad estudiantil. Mi papel como docente es un reto que vivo a diario, que en un momento impartía las clases retomando las técnicas y estrategias que algunos maestros lo usaron cuando fui estudiante, pero que hoy en día, con la reforma curricular del bachillerato y últimamente con la reforma integral, es más mi compromiso como persona y como docente para realizar el trabajo diario frente a grupo consiente de que lo que ellos aprendan sea para que lo apliquen a lo largo de su vida. Con ésta especialidad tengo la seguridad que reafirmaré y conoceré más a fondo las bases pedagógicas y elaboraré propuesta didácticas apegadas a la realidad educativa que se vive en el plantel.
El ser docente me ha hecho vivir muchos acontecimientos que han marcado mi vida tanto personal como profesional.
A nivel personal, tuve la oportunidad de conocer al Ing. Agustín de Jesús Andrade Rivez, persona comprometida con la institución que estaba como director del CBTA 60 en ese entonces, aprendiendo de él los valores humanos, como responsabilidad, compromiso, respeto. Otra satisfacción que me ha dado el ser docente es tener una clave de tiempo completo, ya que ha repercutido en mi situación económica y que me dió la oportunidad de compartirla con mi esposa. También, algo muy importante es que me ha hecho valorar la vida, vivir la vida con compromiso e ir estableciendo metas a alcanzar a corto, largo y mediano plazo, comprometido con la institución, con mi familia y con Dios.
A nivel profesional, siempre tuve el deseo de estudiar la maestría, y se me cumplió, ya que en el año 2002, obtuve el grado de maestro en ciencias. He participado en cursos de actualización a nivel local, estatal y nacional. Participo en el programa de estimulo al desempeño docente cada año. Desde hace dos años me ha tocado estar al frente de los docentes como presidente de academia, que también ha sido un reto especial, ya que se enfrenta uno a tanta diversidad aunque vivimos en la misma zona. He aprendido a escuchar a los docentes y a retomar propuestas para trabajar en equipo y que esto ha repercutido de manera positiva tanto en lo personal como en lo académico en cada uno de los docentes que integramos la academia.
Algo que me da coraje es que algunos docentes comenten: Sergio, en la academia tienes que hacer caso a los que digan ciertos maestros y no te metas en problemas. No me siento satisfecho por el trabajo que se ha logrado (hacer conciencia al docente de que los tiempos han cambiado, se debe trabajar en equipo, planear el quehacer docente empleando las secuencias didácticas, debe existir una evaluación y que esto sirve para mejorar, etc.) porque hay mucho que hacer, con la reforma curricular y la reforma integral he tocado tierra y estoy seguro que mi compromiso es mucho mayor en la formación de los jóvenes alumnos.

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